Con la conquista castellana a finales del siglo XV el viejo sistema de defensas costeras heredadas de los nazaríes se hace insuficiente para afrontar las amenazas de los corsarios berberiscos y turcos. Con este fin se rehacen y mejoran las fortificaciones existentes y se crean nuevos bastiones defensivos y torres vigía. A este periodo corresponde la Torre de Maro (Nerja, Málaga). Estas son de planta circular y cuerpo troncocónico, de base maciza y uno o dos pisos superiores desde los que dar la alarma mediante señales de humo durante el día y fuegos por la noche. La entrada estaba en el primer piso y su acceso se realizaba preferentemente mediante una escalera de mano que podía ser retirada en caso de asedio.